Es la íntima sensación que tenemos de ser un fraude y de no estar a la altura.
Creemos que el éxito y lo que hemos logrado poco tiene que ver con nuestra capacidad, sino que son consecuencia de la suerte, los aportes que otros han hecho a nuestro trabajo y la coincidencia de haber estado en el momento y lugar justos.
A pesar de todas las pruebas que podrían demostrar que somos lo suficientemente competentes, consideramos que no merecemos lo obtenido, y por ello no podemos aceptar los elogios. De hecho, nos convencemos de que ¡en cualquier momento nos van a descubrir!
Y no, no sos la única persona que se siente así.
Aproximadamente el 70% de las personas experimentan este fenómeno al menos en algún momento de su vida.